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Primer Trufa en Argentina

Las trufas llegaron a la Argentina y, más precisamente, al sudoeste de la provincia de Buenos Aires de la mano de Trufas del Sur S.A., cuyas cabezas son dos jóvenes emprendedores, Diego Agustín Lagos, presidente, y Rafael Henriquez, gerente técnico.

Según señalaron los especialistas a LA NACION, las trufas pertenecen a una clase de hongos comestibles de alto valor en la gastronomía internacional. Sus altos precios, que para el caso de trufa negra (Tuber melanosporum) actualmente superan los US$ 1500 el kilogramo en fresco, se afirma que son testimonios de sus excelentes cualidades de exclusividad y escasez en el mundo. La trufa negra, que es la que desarrolla, Trufas del Sur, es un hongo que forma una asociación simbiótica con determinadas especies de árboles huésped, principalmente encinas, robles y avellano europeo. Bajo condiciones óptimas, la producción puede comenzar después de cuatro años del establecimiento; sin embargo, para efectos de evaluación se recomienda considerar el inicio del ciclo productivo a partir del quinto año, lográndose la máxima producción alrededor del año 10, en donde se estabiliza la producción durante 40 años o más.

El cultivo de trufa negra tiene la ventaja de ser rentable incluso en pequeñas superficies, además presenta bajos requerimientos de mecanización y prácticamente no se necesita usar agroquímicos, por lo tanto, su producción es amigable con el medioambiente y, además, confiere distinción a las áreas donde se desarrolla.

En la Argentina, luego de haber investigado la factibilidad de suelo y clima y de evaluar el mercado internacional de este nuevo agro-negocio, tanto Lagos como Henriquez, llegaron a la conclusión de que la truficultura es una nueva y excelente oportunidad para desarrollar.

Fue por ello, que en diciembre de 2007 nació Trufas del Sur S.A. instalándose en la localidad bonaerense de Coronel Suárez, para fundar la primera planta de producción de árboles micorrizados con trufas negras, contando con el asesoramiento técnico de expertos truficultores e ingenieros españoles y chilenos.

De acuerdo a las experiencias en Nueva Zelanda y Australia, los rendimientos iniciales de una plantación son de 2 a 4 kilogramos por hectárea, aumentando anualmente para llegar a 40-60 kilogramos por hectárea promedio en plena producción, estimándose esta última al 10° año. Cabe destacar que también hay plantaciones en países como Nueva Zelanda con rendimientos superiores a los 90 kg por hectárea, los que se encuentran entre los más altos a nivel mundial.

Trufas del Sur produce y vende plantas (encinas, robles y avellanos) micorrizadas con trufa negra y también ofrece asesoría profesional en todas las etapas del cultivo. Actualmente, la empresa está desarrollando proyectos de inversión en plantaciones a escala comercial, basado en sus experiencias y el apoyo de especialistas extranjeros, y utilizando nuevos conocimientos y técnicas agronómicas adaptadas a nuestros suelos y climas.

Existen diferentes productos con trufas negras, uno de estos es la trufa entera y en fresco. Normalmente, en el mercado francés se embala dando una apariencia rústica, lo cual es muy considerado. Debido a su fuerte aroma y su alto precio, las trufas son normalmente usadas por los chefs y gourmets como condimento y aromatizante en trozos muy finos. Otros productos: aceites trufados, terrinas, pastas trufadas, trufas en conserva, etcétera. Lagos destacó que la escuela agropecuaria de Coronel Suárez está impulsando «junto con nosotros, una plantación trufera demostrativa de 1 hectárea, para que la educación de los chicos salga con una base de lo que es la trufa de aquí en adelante, aparte de lo que significa la agricultura y la ganadería». Ahora, Trufas del Sur busca inversores para desarrollar plantaciones comerciales. Se requiere una inversión de 78.729 dólares para 5 hectáreas, pero el gasto puede bajar considerablemente a medida que el campo se encuentre en mejores condiciones. Hay que establecer también que el cultivo pasa a ser rentable con media hectárea y que en las condiciones antes mencionadas los resultados positivos comienzan a visualizarse a partir del séptimo año.

Hoy día, la trufa se presenta como el «cultivo más rentable del mundo», enfatizó Lagos, para agregar que «nosotros somos la primera empresa argentina en desarrollar la truficultura como objetivo principal. Para Lagos, la misión que tiene Trufas del Sur es poder encarar el cultivo como un desarrollo sostenible en el tiempo. «Lógicamente, tienen que venir inversores interesados en lo que se denomina, universalmente, el diamante negro de la gastronomía mundial».

Por Héctor Müller LA NACION.