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Selección del Terreno

La trufa negra es un hongo que para desarrollarse prefiere suelos calcáreos con un alto pH (7.5 a 8.3) y altos niveles de calcio y magnesio disponible. En Argentina, la mayoría de los suelos presentan normalmente un pH de moderadamente neutro a alcalinos (rangos de pH entre 6.5 a 7.5), por tanto se debe realizar una enmienda con cal para ajustar este déficit, si bien existirían algunos en los que no habría que realizar enmiendas. Además del pH, la textura del suelo y la materia orgánica son factores importantes a considerar.
Los suelos ideales para Trufa  melanosporum, deben tener adecuados niveles de materia orgánica, altos niveles de calcio y magnesio disponible para la planta, además de un buen drenaje natural, con una estructura granular bien aireada. En Argentina, las áreas con potencial para establecer plantaciones pueden encontrarse en la provincia de Buenos Aires, en las zonas serranas de cordoba, en la provincia de San Luis, en la provincia de Mendoza, en toda la cuenca del Río Negro, suroeste de Río Negro, noroeste de Chubut, como así también en regiones que poseen un microclima específico para la factibilidad de las plantaciones, como por ejemplo Jujuy que posee una latitud alta con altas temperaturas, pero algunas regiones de la provincia son propensas a temperaturas adecuadas para el cultivo debido a su microclima. 

Es recomendable que la plantación sea establecida en terrenos cuyos usos anteriores hayan sido cultivos agrícolas (cereales, leguminosas, etc.).
También podría recomendarse terrenos anteriormente cultivados con viñas o algunos frutales.

La plantación en terrenos deforestados presenta un alto riesgo, ya que la vegetación arbustiva y forestal mantiene el suelo colonizado por numerosos hongos, competidores potenciales de la trufa que pueden desplazarla del medio de cultivo. Cabe aclarar que si la deforestación mencionada se realiza con al menos dos años del inicio de la preparación del suelo para el establecimiento de una trufera, deja de existir el riesgo de los hongos potencialmente competidores. 

La elección exacta de los sitios para establecer plantaciones, requiere de rigurosos análisis de las características químicas y físicas del suelo (edafológicas), pendiente, exposición, temperaturas, pluviometría, vegetación circundante e historial de cultivos. La selección del sitio debe ajustarse al máximo a las condiciones ecológicas exigidas por la trufa, lo cual asegurará en gran medida el éxito de la producción futura.

A partir del inicio productivo de la plantación, la cosecha de trufa es anual y sostenida durante 30 a 40 años o más. En las plantaciones truferas los rendimientos presentan gran variabilidad, dependiendo de las condiciones del sitio, la calidad de las plantas y por sobre todo los métodos de manejo utilizados, que van a depender de acuerdo a las condiciones pre existentes del sitio, que son en todas las truferas diferentes. Cómo por ejemplo; el manejo del suelo, el manejo de la maleza, el manejo de riego, el manejo de la poda, etc. 

En Europa, Chile y Australia  existen plantaciones con producciones regulares y constantes próximas a 130 kg/ha/año y por el contrario otras que apenas superan los 10 kg/ha/año. De acuerdo a las experiencias en Nueva Zelanda y Australia, los rendimientos iniciales de una plantación serán de 2 a 4 Kg por hectárea, de acuerdo a nuestra consideraciones y experiencias en Argentina, las primeras producciones oscilarán entre 500 gr a 1200 gr  aumentando anualmente para llegar a 40 Kg por hectárea promedio en plena producción, estimándose esta última en el año 13°.  Cabe destacar que también hay plantaciones en nuestro  país que superan los 80 Kg por hectárea en el décimo año; dato alentador ya que nos estamos acercando a los máximos rindes a nivel mundial.

Manejo de suelos

En nuestro país, la principal tarea para los agricultores es el encalado de los suelos, debido a que en la  mayoría de las potenciales regiones de Argentina, el pH de los suelos es neutro, por lo tanto, lograr los niveles adecuados de pH y calcio en el suelo requerirá de aplicaciones de cal agrícola (Carbonato de Calcio). 

El uso de enmiendas con cal para cultivar la trufa en suelos ácidos ha tenido éxito comprobado hace más de 10 años en el país. El rango de pH ideal de un suelo para la plantación debería estar entre 7.6 a 8.3 con un óptimo de 7.9. Si el pH natural del suelo es menor, se deberá corregir mediante la aplicación de carbonato de calcio. Corregir el pH del suelo a estos niveles es necesario, pero los árboles pueden plantarse antes de que el pH se encuentre en su nivel ideal. La cantidad de cal a aplicar para elevar el pH, dependerá fundamentalmente del pH inicial, textura del suelo, su capacidad Buffer (medida de la resistencia del suelo al cambio de pH) y el tipo de cal a utilizar. En base a estos parámetros, se calcula la recomendación de encalado. Los marcos de plantación deben ser amplios, dependiendo de la especie, condiciones de suelo y clima y de las técnicas de cultivo a utilizar. Estos marcos dependerán necesariamente del tipo de árbol hospedero a utilizar (avellano, encinos o robles), además de los resultados que cada persona desee obtener. Recomendamos una densidad de 400/500 árboles por hectárea. Si se establece la plantación a una alta densidad, además de aumentar la inversión inicial, a futuro será necesario eliminar árboles con el objeto de evitar el cierre de copas, asimismo permitir una adecuada insolación del suelo que favorezca la fructificación, y evitando el grave problema de decidir qué árboles cortar y cuáles no, a fin de no eliminar ninguno de los que están en producción.